En una época en la que todas las encuestas de consumo señalan una tendencia al alza de las compras y de la contratación de servicios a través de Internet, se hace inconcebible que un negocio no cuente con presencia online.
Para ello lo esencial es disponer de una página web en condiciones, un site que se adapte a las necesidades del consumidor y que vele en todo momento por ofertarle nuestros productos y servicios.
Hasta aquí todo bien. Claro que, ¿qué se entiende por una buena página web? Es un error pensar que en el diseño de la misma se encuentra la única clave del éxito, ya que, si bien es un elemento esencial, el contenido también juega un rol importante en la ecuación, sobretodo a la hora de posicionar nuestra página web en el caótico universo que es la red. De la misma forma, hay que pensar en otras cuestiones como la accesibilidad, la usabilidad web, la visibilidad de la página y el diseño responsive.
Háblame en sensillo, pensarás. Dicho y hecho, hoy repasamos algunos términos a los que se hace referencia cuando hablamos de la creación de páginas web y, a la vez, damos algunos ítems que hay que tener en cuenta si queremos que nuestra presencia online sea la adecuada.
¿Qué es una web responsive?
Antes de aclarar nada, cabe que nos pongamos en contexto. En una era en la que el auge del uso de smartphones y de otros dispositivos electrónicos hace que más del 70% de los usuarios online accedan a Internet a través de tablets y móbiles, en detrimento del PC, es importante tener en cuenta que las páginas web deben contar con un diseño responsive. Más sencillo: el contenido tiene que adaptarse a las pantallas a través de las cuales se está consumiendo la información.
Hablamos de diseños inteligentes, con layouts que se redimensionan en función del formato y del espacio con el que se cuenta y en el que los textos y las imágenes se presentan siempre facilitando la lectura del usuario. Así pues, una página responsive es aquella que se adapta a todos los dispositivos, ahorrándonos el tener que crear diferentes versiones para una misma página web.
Es el contenido el que se adapta al contexto del usuario; esa es la meta que deberíamos conseguir, evitando elementos fuera del campo de visión o el obligar a usuarios el tener que hacer zoom en los objetos (botones). De la efectividad de una página web depende en mucha ocasiones el éxito, ya que si cuidamos este aspecto estaremos cumpliendo con las expectativas y necesidades del usuario y futuro cliente.
Usabilidad, accesibilidad y visibilidad
La idea es crear o disponer de una página web con la que pongamos las cosas lo más fáciles posibles al usuario. El acceso a la información de la web debe estar siempre garantizado; hablamos de que la información se encuentre de forma fácil y por parte de todo el mundo, independientemente de sus capacidades. Si llegamos a una mayor audiencia las posibilidades de compra siempre se multiplicarán.
Muy en esta línea, cabe estudiar el aspecto de la usabilidad web. Esto es, por una parte, el evitar que una página tarde mucho rato en cargarse, ya que el consumidor de hoy día destaca por ser impaciente, ¡no queremos que una espera demasiado prolongada lo espante! Por otro lado, debemos buscar siempre la manera más eficaz, ordenada y eficiente de disponer de todos los elementos que conforman una página web. Podría resumirse en 4 palabras: poco tiempo, pocos clics.
Y no hay que olvidar la importancia de la visibilidad web. ¿De qué sirve tener una potente página web si nadie sabe dónde encontrarla? La batalla que libran a diario los profesionales del SEO contra los motores de búsqueda no es en vano, ya que un buen posicionamiento multiplicará sobremanera las posibilidades de vender un producto o servicio. En este sentido, apostar por un contenido rico y por completar la página web con un plan de visibilidad es una opción que cabe tener muy en cuenta.
Via | La Vanguardia