El contenido web: ¿por qué es tan importante?

Cuando un cliente acude a nosotros para que nos encarguemos de la creación de su página web lo primero de lo que nos habla es del diseño. “Me gustaría que fuera atractiva, que llamara la atención, que fuera bonita”. A priori, y en líneas generales, todos piensan en cómo se verá. También hay otros requisitos: que tenga visualización, o sea que reciba tráfico, que se adapte a los dispositivos móviles, etc. Pero, ¿y el contenido? ¿cuándo entra el contenido en juego?

Aunque en ocasiones quede relegado al último puesto de la lista de To Do’s, el contenido de un sitio web es clave; la pieza que determina, junto a los otros elementos, el éxito del site. Sonamos contundentes, lo sabemos, pero es que además nos reafirmamos: es fundamental ofrecer contenidos de calidad en los sitios webs para obtener un buen posicionamiento en buscadores. Google, Bing, etc. no entienden de colores y diseños a la última, pero sí lo hacen de originalidad (desterremos lo de duplicar contenido), de adecuación de los contenidos a las palabras clave elegidas para posicionar, de actualización y de relevancia.

Del mismo modo, contar con información útil y de interés y bien estructurada facilitará a los usuarios que accedan al site buscando algo concreto que encuentren la información de calidad que buscan; haciéndolo así, lograremos que éstos permanezcan en la página durante más tiempo, multiplicando de esta manera las posibilidades de conversión.

Cabe añadir que cuando hablamos de contenido web hacemos referencia a todo aquello que aporta información, por lo que se contemplan también aspectos como la arquitectura del site o árbol de navegación, las etiquetas que se coloquen dentro de la página e incluso los textos que van dentro de los banner o de los catálogos de productos. Hasta el botón de “Gracias por rellenar nuestro formulario de contacto” es contenido web. Y todo, todo, tiene que estar cuidado al detalle y programado con aún más detalle (H1, H2, H3…).

Y por último, pero no por ello menos importante, el contenido web es el que determina la personalidad de la marca, el que define su identidad; así como lo hacen su logo, su nombre, sus colores y sus claims, también lo hace la forma en la que “habla”.

5 Consejos rápidos para crear contenido web de calidad

Escribir para las personas y no para los robots.

A todos aquellos que usen de manera indiscriminada palabras clave en los textos, añadan cientos de enlaces sin demasiada relación y copien contenidos de otras webs… Google os tiene fichados; modifica su algoritmo constantemente para velar por los contenidos de calidad en los sitios webs y ensalzarlos a lo alto de las búsquedas como mérito al trabajo bien hecho.

Orientar los contenidos al público objetivo.

De hecho, conocer al público al que nos dirigimos es esencial para que podamos adaptarnos a los usuarios de la mejor manera posible, algo que determinará el formato empleado a la hora de comunicarnos con él, el vocabulario utilizado, la longitud de los textos o la complejidad de los mismos, etc. Si este contenido además lo generan especialistas, mejor que mejor.

Apostar por la innovación, la creatividad y la claridad.

Un contenido que explica las cosas de manera clara y sencilla, sin largos bloques de texto y sin emplear conceptos demasiado abstractos o complicados es el que va a funcionar. Tampoco deberíamos abusar de frases manidas o contenido bonito pero que no aporta: al usuario hay que convencerlo con un contenido relevante e interesante, sólo así conseguiremos que se quede en el site.

El contenido web no es sólo texto.

Un error frecuente es confundir contenido con únicamente a aquello que va escrito, cuando en realidad la elección de las imágenes, de los vídeos y de las infografías también es importante y también será lo que haga llegar el mensaje que queramos transmitir, el contenido visual también debe cuidarse

Renueva contenido siempre que puedas.

Esto es: es recomendable actualizar el contenido web, ya que Google tiene en cuenta el contenido fresco a la hora de indexar. No hablamos de ir cambiando la página web cada dos por tres, pero sí de pensar en dotar a la misma de espacios destinados a la difusión de contenidos  (evitar que el contenido web sea estático).

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