Lo primero que hace mi padre por las mañans es mirar el santo del día, coger su agenda y llamar a sus contactos para felicitarlos. Tiene un bloc de dibujo en el que puede pasarse horas dibujando y siempre se me vienen a la mente sus dedos manchados de carboncillo. En su día fue deportista de élite, pero ahora ha cambiado el judogi por la cámara de fotos. Es muy manitas para todo, puede tirarse horas restaurando muebles antiguos con el matinal de RAC1 sonando de fondo. Entre fogones también se siente cómodo; de hecho, su manera de demostranos que nos quiere es ofreciéndonos siempre comida, cocinada con muchísimo cariño y en cantidades industriales. Es peor que una abuela de pueblo. Le encantan las películas de juicios, sobre todo si son de juicios militares. Después de la mili se planteó seriamente irse a trabajar a Guinea, a los campos de cacao. Guarda las primeras llaves de los seiscientos que se fabricaron, pues los coches le apasionan. De joven lo llamaban Jimmy.
Éste podría ser el padre de cualquiera, pero es un padre que reúne las características de todos los padres de los miembros del equipo de Colillas Branding. Nos ha gustado conocer más sobre los padres de nuestros compañeros; será el confinamiento, que nos tiene blanditos. ¡Feliz Día del Padre!