[Ding, dong]
– Perdone, ¿venden ustedes trajes a medida?
– Por supuesto, somos una sastrería.
– Verá, soy Director de Marketing de una empresa muy importante, con una plantilla de alrededor de 300 empleados. Facturamos 20M€ y nuestra capacidad de exportación alcanza el 45%.
– Muy interesante. ¿Y?
– No, no, deje que le siga contando… Estamos presentes en 8 mercados y nuestras previsiones de crecimiento van a dos dígitos.
– De acuerdo, ¿podríamos concretar?
– Claro… Yo lo que necesitaría que me hiciera es un presupuesto para hacerme un traje a medida.
– Muy bien, puedo enseñarle unas telas que acabamos de recib…
– Bueno, antes de mostrármelas, le agradecería que me concretara un precio.
– Bien… Pero para eso debería primero conocer el paño que desea, tomarle las medidas, explicarle el método de trabajo que seguimos para pruebas y…
– Sí, sí. Es muy interesante, pero para mí es muy importante conocer los precios en los que nos vamos a manejar. Acabamos de abrir un tender con otros 3 sastres y valoraremos su capacidad.
– Es muy alentador y atractivo pero nuestra forma de trabajar se basa en no especular sobre las medidas, no imaginarnos el paño que más gustará y, por supuesto, para que usted lleve un traje a su justa medida, debería depositar una señal que garantice su compra y los gastos asociados a la misma.
– Sí, lo entiendo perfectamente, pero debe valorar que es una magnífica oportunidad para usted poder acceder a esta operación. Tenga en cuenta que sus competidores han accedido a unos precios muy asequibles.
– Para esto tenemos un departamento de «prêt à porter», el cual trabaja sin necesidad de tener que elaborar un presupuesto. Usted escoge una prenda y yo le doy el precio, así de sencillo.
– Claro, claro, le entiendo perfectamente, pero yo no deseo ser como cualquier otro, yo quiero algo especial. Usted hágame un traje según unas ideas definidas, unas medidas aproximadas y con el mejor paño que tenga.
– Entonces lo que me pide es que yo le haga un traje gratuitamente, empleando nuestra mejor tela y… ¿Todo ello con la expectativa de que ¡a lo mejor podremos hacer trajes a no se sabe muy bien quién!, y todo porque mis competidores hacen lo que no deben?
– Efectivamente, veo que ha comprendido mis deseos. ¿No le parece una gran oportunidad?
– Lo siento, pero en mi empresa no hacemos presupuestos SIN compromiso. ¿Cómo conseguiría mantener mi empresa a flote? ¿A base de expectativas?. Le agradezco su interés por la calidad de nuestros servicios y, cuando usted esté dispuesto a valorarlos de manera real, vuelva y le atenderé con mucho gusto.
Sastre, aka CEO de una agencia de publicidad.