Sobre el proceso de construcción de la marca y su identidad visual corporativa
BePilot forma y transforma a las personas y tiene una visión muy clara: la creación de nuevas oportunidades a través de una formación técnica y de calidad para todas aquellas personas que han soñado alguna vez con pilotar un avión. Con las miras puestas en posicionarse ante las aerolíneas como un centro de formación de pilotos de referencia, el programa aúna formación y empleo y está dirigido a quienes, siendo mayores de 21 años, ya tienen una titulación universitaria técnica y quieren explotar una nueva motivación, seguir un nuevo camino, emprender un nuevo reto: volar, encarrilando su futuro rumbo a lo más alto.
Y BePilot es también un producto al que hemos dotado de identidad. En los últimos meses hemos trabajado en la creación de la marca, definiendo aspectos que van desde el naming a su identidad visual corporativa. Hemos buscado, a la hora de encarar este trabajo de branding, que la marca transmitiera ciertos valores: fortaleza, neutralidad frente a las aerolíneas, tecnología en los medios y recursos, alta competitividad, proyección, conocimiento y experiencia, etc.
Entre los highlights del proyecto también destaca que hemos creado una tipografía especialmente para ellos, la tipografía BePilot. A su vez, y en referencia al cromatismo escogido, hemos descartado el cromatismo habitual (el utilizado por empresas del sector y competidores), el cromatismo de conveniencia y el cromatismo no recomendado: el resultado, la diferenciación. Apostamos por un cromatismo que huye de la paleta de tonos más cálidos -con connotaciones negativas en el sector que nos ocupa, el sector de la aviación- y se encamina hacia el azul cielo, el que ven los pilotos; el que verán todos aquellos que depositen su confianza para emprender el vuelo con BePilot.
Si sacamos la lupa para observar en detalle, también nos gusta señalar la flecha que se incluye en el logotipo creado y que no está puesta por casualidad. Hemos querido evocar con ella el optimismo asociado al programa, cuyo leitmotiv es el de crear nuevas oportunidades; también las aspiraciones y las ganas de emprender, todo eso es lo que nos transmite el vuelo hacia lo alto, la flecha en dirección al cielo.
En definitiva, es una identidad corporativa que no toca con los pies en la tierra y que despliega hacia lo más alto.